En alguna etapa de mi divertida adolescencia, decidimos armar un equipo de softball para jugar en la liga de la colonia.
Cuando menos me di cuenta el equipo ya estaba hecho y yo no había sido incluido. Éramos un grupo de amigos muy grande y había suficiente gente para hacer un segundo equipo.
Obviamente el segundo equipo sería algo así como la película de “The Replacements”.
Pues en mi berrinche, armé un equipo y decidí retar al primer equipo. La apuesta fueron 7 cartones de Carta Blanca. Era una pequeña fortuna en aquel entonces, tomando en cuenta que cada uno tenía un presupuesto por fin de semana equivalente a tal vez una tercera parte del cartón.
Recluté algunos “externos” (gente que se juntaba poco y posteriormente fue motivo de reclamo por parte de mis adversarios), entrenamos un par de fines de semana y finalmente llegó el día en que nos enfrentaríamos al primer equipo.
Recuerdo pocos detalles de aquel juego, y recuerdo que jugué muy poco. Me dediqué principalmente a dirigir a los muchachos.
Jugamos muy bien y finalmente se dio por terminado el juego por diferencia de carreras. Recuerdo las caras poco amigables del primer equipo.
Y recuerdo que me vaciaron una hielera encima al momento en que se dio por terminado el juego.
Un bonito recuerdo que apareció el día de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario