jueves, 10 de octubre de 2024

Un par de aventuras en bicicleta

A los seis años, mi día empezaba con la emoción de montar mi bicicleta y pedalear hasta la preprimaria. Me gustaba sentir el aire y escuchar la tierra y el pavimento bajo las llantas.  Eso y sentirme ya grande. 

Recuerdo que un día, de vuelta de la escuela, decidí tomar un atajo por un callejón cerca del estadio. Pensé que sería más rápido y divertido, pero no sabía que sería una de las experiencias más tensas de mi infancia. Al avanzar por el callejón, noté que una persona caminaba justo frente a mí, bloqueando mi paso.

Era uno de esos a los que en ese entonces les decían "los mariguanos del barranco".  No sabía yo qué significaba eso, pero no se veía amigable.

Me moví hacia un lado, pero él hizo lo mismo. Luego hacia el otro lado, y él seguía bloqueándome. Parecía que quería detenerme. Empecé a sentir miedo, y mis manos se aferraron fuerte al manubrio. Al final, me las arreglé para esquivarlo y escapar.  La realidad es que me dejó pasar con una sonrisa.  Supongo que solo se estaba divirtiendo a costa mía.

Llegué a casa aún asustado, pero no dije nada de lo que pasó. Sabía que preocuparía a mi mamá, y mi papá no debía detectar debilidad o miedo. Así que guardé el secreto y no volví a pasar por ese callejón.

Otro día, también regresando a casa de la escuela, un niño mayor me cortó el camino. Sin decir nada, agarró mi bicicleta y se montó en ella. Me quedé parado un segundo, viendo cómo pedaleaba y se alejaba de mí. No supe qué hacer. Empecé a correr detrás de él, gritando y tratando de alcanzarlo. Llegó casi a la entrada de mi colonia, donde dejó la bici y siguió caminando hacia su casa. Hizo una maldad, pero al menos tuvo la decencia de dejar la bicicleta en donde nuestros caminos se separaban. Estaba molesto, pero tampoco lo conté a nadie en casa. 

Me pregunto si ese par recordará sus respectivos incidentes en mi vida.  Me pregunto si estarán vivos por ahí.  Hace más de 40 años de eso.

Al final, preferí olvidarlo y dejarlo pasar. Pero resultó que son cosas que no se olvidan.

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