Me vino hace unas semanas un recuerdo que no se ha ido.
Un sábado o domingo fuimos a Coahuila tres amigos, porque uno iba a correr una carrera en moto. Habría sido allá por el año 2000.
De regreso vimos que había un incendio a la orilla de la carretera.
Nos bajamos a ayudar a apagarlo. Era hierba seca y había viento. El incendio se empezó a acelerar muy muy rapido.
Recuerdo que de un segundo a otro estaba ya rodeado de llamas. Me dí cuenta que el aire se había vuelto imposible de respirar, entre la temperatura y el humo.
Daba vueltas, aun sin desesperarme y no veía por donde salir.
Recuerdo haber pensado: "¿a poco ya? ¿ya fue todo? ¿ya? ¿aquí quedé?"
Estaba sorprendente mente tranquilo. Como que la cabeza decidió que era mejor enfrentar la situación tranquilo.
Caminé un poco y vi una salida. Habrá sido menos de un minuto pero lo recuerdo como un buen rato.
Salí... respiré... y creo que ya no dije nada.
¡A vivir otra vez!
Saludos a Benjamín y a Hugo
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