La vida debiera ser mucho más simple. La forma de manejar el conflicto también.
El fin de semana hice un castillo de arena con mi niña en la playa. Terminamos y nos metimos a jugar al mar.
Un niño salió del mar con su papá, y pisó el castillo. Con toda la intención de destruirlo. Lo tomé como ofensa. Pensé que había que darle una lección al papá para que a su vez diera una lección al hijo.
En eso mi niña me dice: "¿Oye papá, ya que el niño destruyó el castillo, vamos a terminar de destruirlo?."
Y se rió, y brincó y se fué, y dejó atrás el castillo. Todo fuera como eso.
Hicimos otro castillo. Nos metimos al mar. Pasó una niña y lo pisó. Así es el mundo. Así es la vida. Nada es personal.