martes, 30 de marzo de 2010

Balazos

Ya tenía yo como 30 años, y llevaba un par de años viviendo en la capital.  Iba a una fiesta del trabajo que me quedaba algo retirada.  Los taxis son baratos, así que a mi parecer en esa ciudad no vale la pena manejar cuando no conoces; además evitas andar buscando donde estacionarte, perderte un rato, etc.

Total, platicábamos el taxista y yo de diversos temas de actualidad, como es costumbre.

Circulábamos por una avenida de dos carriles de un sentido, el camellón, y dos carriles en sentido contrario.

Iba una patrulla con la torreta prendida, como a 40 kmh, atrás otro carro, y atrás nosotros.

El carro cambió al carril izquierdo y comenzó a rebasar a la patrulla.  El taxista lo siguió.

Apenas íbamos sobrepasando nosotros a la patrulla, cuando el carro de adelante se detiene, y sale algún tipo de arma larga de la ventana derecha de atrás, y comienza a disparar contra la patrulla.  En eso se abren las puertas y se bajan 3 o 4 personas abriendo fuego.

El taxista lentamente salió de la línea de fuego y subió el carro al camellón.

Y de ahí nada más a agacharse y esperar. 

Afortunadamente nadie salió herido en esa ocasión, pero aún me sobresalto cuando escucho ruidos que parezcan balazos.

jueves, 18 de marzo de 2010

El mejor consejo que he recibido…

Creo que el mejor consejo que he recibido en la vida, me lo dio mi padre cuando era yo adolescente.

Hablé mal de una persona, y después recuerdo que dije: “me cae muy mal”.

Después de preguntarme que porqué me caía mal, y que yo expusiera mis vagos motivos, me dijo:

“Que nadie nunca te caiga mal, hijo, todo mundo tiene algo bueno.  Búscalo.”

De inmediato lo puse en práctica.  Al menos la parte de que todo mundo tiene algo bueno.

Hasta el momento ha sido verdad.  Seguramente tengo más amigos y he aprendido más con esa nueva perspectiva.